viernes, 18 de febrero de 2011

Mientras tanto

Ni siquiera sabía por qué estaba comenzando aquello.
Estaba de guardia y pensó que no era mala forma de pasar el tiempo mientras tanto.
Conocía y leía unos cuantos blogs. No estaba a la altura. Tampoco pretendía nada.

Siempre había sido incapaz de llevar un diario. No porque no le gustara escribir , (algo que para ella había sido una terapia muchas veces), sino porque era incapaz de contar bien lo que quería contar y con el tiempo, todo le parecían chorradas.


Guardaba, éso sí, las hojas emborronadas que había ido escribiendo: desahogos, poemas, reflexiones, citas... Guardaba las cartas y sobretodo los sentimientos que iban unidos a esos textos.

Tal vez ahora, mientras esperaba  a que su trabajo se moviera al ritmo de la vida de otros, pudiera ir escribiendo algunas cosas de ésas que le rondaban la cabeza.

"Escribir te hace mas humano" era una cita que recordaba con nitidez. Y de paso, recordó que su madre le decía que ese trabajo la había cambiado, que la había hecho más dura, porque no podía ser de otra forma. Ella siempre le quitaba importancia, pero de vez en cuando, también lo pensaba.

Así empezó "mientras tanto".