Era un sábado lluvioso de noviembre. Iba a trabajar y escuchó esta canción:
Y se sorprendió sonriendo y pensando en él. A él no le gustaba nada Silvio, pero a ella si le llegaba y le hacia sentir. Y sentir era lo mas importante que podía hacer la música por ella.
Aquella era una canción de amor, pero le gustaba porque era mas que un "te amo", era una promesa de futuro, era compromiso y decisión, era como ella entendía el amor.
Tan sólo una vez en su vida había dicho esas palabras. Sólo una vez había sentido la absoluta certeza que le iba a ser imposible no hacerlo, "hasta el fin de los tiempos".
Habían pasado unos cuantos años y lo había amado: como podía, como sentía, como único ser.
En pocos días seria su aniversario, tendrían un poquito de tiempo para ellos solos y quizá entre copas de vino (igual que empezaron) le volvería a decir: "te amaré".
Pero aquella mañana, mientras la cantaba a solas, se sintió feliz.
Habían pasado unos cuantos años y lo había amado: como podía, como sentía, como único ser.
En pocos días seria su aniversario, tendrían un poquito de tiempo para ellos solos y quizá entre copas de vino (igual que empezaron) le volvería a decir: "te amaré".
Pero aquella mañana, mientras la cantaba a solas, se sintió feliz.