viernes, 16 de diciembre de 2011

Subidón

Estaba contenta y 12 horas después seguía contenta. Por casos así merecía la pena su trabajo, las horas de estudio, las noches en vela, las guardias cansadas sin hacer nada que realmente mereciera la pena...
Podia recordar unos cuantos casos similares: eran sus éxitos.
Eran éxitos sin transcendencia en los periódicos, anónimos. Tal vez ni sus pacientes se acordaran de ella cuando volvieran a casa, pero ella sabia que en aquel momento y en aquel lugar, su actuación ( la suya y la de su equipo) habia supuesto un final feliz.

Se llamaba Alvaro y tenia 37 años.Estaba casado y tenia un crío de 2 años.
Llamaba su mujer porque estaba inconsciente y no le respondía.
Cuando llegaron lo encontraron tirado en el suelo de la habitación: inconsciente, sudoroso, hipotenso, azul... en general: muy malo. Su mujer intentaba parecer tranquila delante del niño y lo conseguía. Les dijo que era alérgico a las pipas y  la miel, que se habia quejado de picor y mareo y después se desplomó.Le dijeron que se llevara al niño a otra habitación y así lo hizo.
Mientras la mujer les hablaba, fue haciéndose un esquema mental de la situación: tensión, frecuencia, saturación, monitor, glucemia, Glasgow, guedel... eran para ella datos y actuaciones automáticas que le iban dando la información que necesitaba. Era un shock anafiláctico. Necesitaban con urgencia una via venosa, si no podian obtenerla ya habia pensado la alternativa. Pero la enfermera la consiguió en un instante, iba bien. Perfecto.( Daba gusto trabajar con gente así: que en un mini espacio, con un paciente colapsado, con poca luz, te cogia una via). Comenzaron con la medicación. Estaban en tensión, tenían pocos minutos para que todo fuera bien y eran conscientes de ello.
Cuando mejoró lo suficiente como para intentar el traslado, lo hicieron.
Habia pasado un hora. 
Al salir de casa, él aun no podía hablar, pero era evidente que estaba mejor. Entonces su mujer se le abrazó y les dijo que no podia ir de inmediato al hospital (tenia que dejar al niño con alguien),  "por favor cuidádmelo, que tenemos toda la vida por delante". Ella le sonrió: "lo haremos".
Un vez en la ambulancia, repasó todo, dio nuevas instrucciones y antes de salir hacia el hospital, podia hablar. Entonces le preguntó el nombre de su mujer y de su hijo, el día, lo que habia cenado (pavo adobado, que era la primera vez que lo compraban. Llevaba miel). Antes de arrancar , imaginando la angustia de su mujer, bajó de la ambulancia y habló con ella por el interfono: la llamó por el nombre y le dio detalles que solo él podia haberles contado, para que quedase un poco más tranquila.
Al hospital llegó "curado", aún asi procedía ingreso en observación.
Eran las 2 de la mañana. Pero estaba satifecha y contenta. Habian hecho un buen trabajo y así se lo dijo a sus compañeros.
Horas más tarde volvieron por el hospital y pasó a ver cómo habia evolucionado. Todo iba como debia. No pasó a verlo, pero encontró a su mujer en el pasillo, se sonrieron, cruzaron unas palabras de cortesía y se fue.
.
Tal vez nunca serían conscientes de  la gravedad de la situación por la que habian pasado, mejor. Pero ella sí, ella lo sabía y sabía que lo habian hecho bien y que aquella familia normal seguiría con sus cosas y su "vida por delante" y estaba contenta, realmente contenta.