Mientras volvían se le amontonaban las ideas en la cabeza: porque no dejaban de surgir y porque no tenían por dónde salir.
No era el primer suicida que veía, ni el segundo, ni siquiera el décimo, ni era el más escabroso o el más demoledor, era uno más.
No era el primer suicida que veía, ni el segundo, ni siquiera el décimo, ni era el más escabroso o el más demoledor, era uno más.
Se daba cuenta de que, lejos de tenerles compasión, los suicidas le generaban agresividad.
Muchas veces había pensado:"te quieres matar, vale, hazlo, pero no jodas al resto".
¡Hay cosas que no se hacen!.
Si llevas pensándolo meses o días, ten la decencia de no hacerlo en casa, tu familia tiene que volver a vivir en el mismo lugar, no manches y hazlo de tal forma que no les aumentes el sentimiento de culpa que ya van a tener.
¡Hay cosas que no se hacen!.
Si llevas pensándolo meses o días, ten la decencia de no hacerlo en casa, tu familia tiene que volver a vivir en el mismo lugar, no manches y hazlo de tal forma que no les aumentes el sentimiento de culpa que ya van a tener.
No, no le daban pena los que se mataban, le daban pena todos los demás.
Por otra parte, no podía dejar de pensar qué clase de cosas te podían empujar a algo así.
No podía juzgarlos, ni condenarlos; porque si ella en ocasiones no sabía por qué actuaba de una determinada forma, cómo iba a entender lo que les pasaba por la cabeza a los demás en estos momentos. ¡Cómo debían de estar de obcecados, desesperados o lo que sea, para que la muerte fuese la única salida para alguien por lo demás normal!.
No podía juzgarlos, ni condenarlos; porque si ella en ocasiones no sabía por qué actuaba de una determinada forma, cómo iba a entender lo que les pasaba por la cabeza a los demás en estos momentos. ¡Cómo debían de estar de obcecados, desesperados o lo que sea, para que la muerte fuese la única salida para alguien por lo demás normal!.
Así era la mente a veces, y sin embargo muchos no tenían transtornos mentales. De hecho, muchos de los que había llevado al hospital para valoración por el psiquiatra, habían sido dados de alta.
Había visto a algunos con una determinación tal, que sabía que la próxima vez que volviese sería para avisar al forense. Y efectivamente había vuelto para ello.
Recordaba una mujer a la que habían ido a buscar 2 veces y que, tan tranquila, les contó que su padre, su hermano y su hijo se habían suicidado, así que ella no iba a estar aquí mas. ¿Qué haces con algo así?.
Odiaba esos avisos porque, en el fondo, también le confrontaban con la realidad de que la mente puede jugar malas pasadas y de que nadie esta a salvo.
Muchos de sus compañeros decían que hacía falta mucho valor para hacer algo así, ella no pensaba lo mismo. No era cuestión de valor, a ella le parecía más egoísmo, pero tampoco era eso. Probablemente tenían un "aplanamiento emocional" tan grande que eran incapaces de sentir otra cosa que su dolor, incapaces de sentir o quizá de ponerse en el lugar de los que quedaban. Como si no pudiesen sentir ni calor ni frío, ¡debía ser algo terrible!.
En cualquier caso, un suicidio era siempre y para siempre muchas preguntas por responder.
Muchos de sus compañeros decían que hacía falta mucho valor para hacer algo así, ella no pensaba lo mismo. No era cuestión de valor, a ella le parecía más egoísmo, pero tampoco era eso. Probablemente tenían un "aplanamiento emocional" tan grande que eran incapaces de sentir otra cosa que su dolor, incapaces de sentir o quizá de ponerse en el lugar de los que quedaban. Como si no pudiesen sentir ni calor ni frío, ¡debía ser algo terrible!.
En cualquier caso, un suicidio era siempre y para siempre muchas preguntas por responder.