lunes, 30 de mayo de 2011

Angustia

Lo recordaba perfectamente:  uno de esos  momentos importantes en la vida.
Aquel día había pasado página y había comenzado a vivir de nuevo.

Era uno de esos días de sol y frío de marzo que tanto le gustaban, luminoso, radiante.
Cogió el coche para salir, para escapar, para pensar.
Puso la música a todo volumen e intentó tranquilizarse.

Era consciente de que no podía seguir así.
No dormía. Estaba harta de despertarse por las noches y dar vueltas y más vueltas, y acabar levantándose hasta la cocina a tomar un vaso de leche, para romper las ideas que la saturaban. Harta de ver la ciudad desde aquella ventana, de llorar.
Hacía unos meses que todo había acabado, pero se sentía peor que entonces: ahora, después del estrés, tenía miedo. Y era éso lo que la asaltaba y no le dejaba disfrutar de las cosas que siempre le habían gustado.
Estaba cansada. Cansada de pelear y de velar por la salud mental de todo el mundo.  No se creía capaz de volver a pasar por lo mismo otra vez, y... ¡era posible!.

Llevaba un buen rato conduciendo por aquella carretera de curvas conocidas, sintiendo como la música desplazaba de su cabeza cualquier idea, sintiéndose bien.
Paró y salió del coche. Caminó hasta el río y se sentó.
Aquellas montañas eran suyas, aquel olor, el resplandor del sol en los neveros, el río... todo podría cambiar en su vida, incluso podría dejar de vivir; pero, sentir que aquello iba a estar siempre allí para volver, la tranquilizó del todo.

Empezó a pensar con claridad: ¿qué te pasa? que tengo miedo y el miedo no me deja vivir.¿de qué tienes miedo? de recaer, de que me hagan daño, no puedo pasar por eso otra vez. ¡si puedes aunque no quieras! bueno, pues eso que no quiero. Ya, pero ¿puedes hacer algo para que no ocurra?. No. Pues se acabó, se acabaron las angustias por algo que no puedes prevenir, lo que tengas lo tienes y no depende de ti. Ahora estás viva, pues vive. Además, ¿tener miedo te ayuda en algo?. No, pero si las cosas no salen bien ¿cómo se lo digo?. ¿pero han salido mal?. No. Pues entonces no hay nada que decir. Cierto. Repito, se acabó., Lo que tengas o no, te lo dirán cuando toque. Ahora lo que toca es vivir la vida que acabas de estrenar y es la que esperabas antes de todo. Cierto, así es.

Notó como al enfrentarse al miedo, ya no lo tenía.
Notó cómo la vida fluía, con sus estaciones, con lo que le gustaba y lo que no, y sin mas sintió que no había motivo para el miedo.
Ya no tenía taquicardia y se daba cuenta de que hacía un rato que no le daba vuelcos el corazón. Se había pasado.

Era hora de volver a casa.

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