viernes, 6 de mayo de 2011

¿Antisocial o mal-educada?

Era el tercer caso en unos pocos meses: "Niña de 13 años, agresiva".
Llamaban lo padres pidiendo que se le pusiera "algo para que la calmara". Notó como le empezaba a hervir la sangre y como empezaba a indignarse, pero decidió darles el beneficio de la duda.
Llegaron al domicilio: era un chalet extraordinario, situado en una urbanización privada.
Cuando llegaron ya estaba allí la Guardia Civil.
Salieron los padres a su encuentro. Tendrían unos 45 años.
Preguntaron si "todo aquello era necesario". "Podían apagar las luces, para que no se entere todo el mundo". No era una pregunta, era una exigencia.
Tuvo que hacer un gran esfuerzo por no responder de forma muy borde :
-" Pues sí, es necesario. Nosotros estamos trabajando".
Entraron en la casa.
La decoración interior estaba acorde con el exterior.
La hija estaba en "su zona de la casa": hall, habitación de invitados, baño de invitados y habitación con baño propia.
Preguntó lo que había ocurrido a los padres y  lo primero que le dijeron fue que "la niña tiene un trastorno de personalidad antisocial" y que "es muy difícil".
-"¿Informes psiquiatricos/psicológicos?".
-"No tenemos. Nosotros  intentamos negociar con ella siempre , desde pequeña, e intentamos dialogar pero ahora cada vez era mas difícil". "Es que no se lo imagina"- dijo su madre.

 La discusión, esta vez , era que "la niña" quería salir hasta las 6 de la mañana, con al menos 50 euros, con una pandilla de chicos que no conocían. Los padres consideraron que con 20 euros era suficiente.
"¡Dios mio, no les preocupa no conocer a la pandilla de su hija!"- pensó para si.
El resultado era una discusión en aumento, una cocina patas arriba, cuadros rotos y una tv de plasma en el suelo, los padres pidiendo que le pusieran tranquilizantes a su hija y la hija en su cuarto.
Pidió ver a "la niña" a solas.
!3 años. Morena, media melena, 2 pendientes en cada oreja, labios pintados, rimel, minifalda y botas al uso. La chica le explicó lo mismo que sus padres.
Hizo una evaluación de su estado mental y le pareció una adolescente normal, sin patología grave desde luego.
Entonces decidió poner los puntos sobres las íes y no cortarse ni lo más mínimo.Debía quedarle claro que:
- ellos no debían volver allí, porque la próxima vez no iba a ser amable, porque ella no estaba enferma, solo era una niña caprichosa.
- aquella casa no era suya, era de sus padres y allí mandaban ellos. Si le gustaba bien y si no también.
- que ella no trabajaba y por tanto el dinero era de sus padres y le darían lo que quisieran.
- la opción que le dejó fue quedar en casa o que "menores se hiciera cargo". La niña que sería "antisocial", pero no era tonta, decidió quedar en casa y acato, sin discusión, todas sus normas.

Cuando salió, los padres preguntaron si "ya le había puesto algo para calmarle los nervios".
Pudo notar como estaba a punto de decir mas de lo politicamente correcto, como la indignacion estaba a punto de estallar y pudo contenerse.
Les dijo que no, que su hija no estaba loca, ni era antisocial. ¿ Acaso pensaban que solo por no respetar sus decisiones y no obedecer, ya era antisocial?.
Entonces le espetaron: "en cuanto ustedes se vayan volveremos a estar igual. Es que es muy difícil".
Ella  no iba a decirles cómo educar a su hija, pero que no había medicación para éso.
Aún así, volvieron a preguntarle si a ella le parecía bien que la dejaran salir con "ese estado de nervios".
"Lo que no me parece normal- respondió- es que con 13 años la dejen salir hasta las 6 de la mañana o cuando ella diga, con esas pintas y con gente que no conocen ustedes. Ese estado de nervios se le pasa en cuanto cruce la puerta. Por mi parte nada más. Si tienen una nueva trifulca  no es un problema sanitaro, así que si quieren la denuncian y que se haga cargo de ella una institución".
Sin más palabras se despidió de ellos.
Mientras volvía, pensaba en cuánto daño estaban haciendo las tendencias educativas de padres-amigos, dialogar y quitar puntos y cosas similares.
Pensaba que  para los padres era más cómodo ser amigos que padres, pero claro, después no eran capaces de asumir las broncas de amigos con sus hijos y cuando necesitaban autoridad ya no la tenían.
En los últimos meses había tenido varios casos similares y había llegado a la conclusión, de que esos padres necesitaban que sus hijos tuvieran un trastorno diagnosticado: para no sentirse responsables ante sí mismos, ni ante sus amistades del club social, de su fracaso. Su mayor preocupacion era, en todos los casos, no dar que hablar.

Una chica les había dicho, con pena, que lo hacía para ver si a sus padres les importaba algo ( robos, intoxicaciones etilicas, porros...)  porque no quería estudiar y quería trabajar, pero sus padres no la dejaban porque no era glamuroso.
Le indignaba pensar que aquella situación no tenia remedio. Esos hijos eran "carne de cañón".
Esperaba no tener que volver a corto plazo, pero daba por seguro, que a medio y largo plazo iba a volver a encontrárselos y probablemente en contextos peores.

2 comentarios:

el chico de la consuelo dijo...

se me ponen los pelos de punta leyendo estas historias (además así de bien contadas) no sé las políticas educativas que nos han llevado a esta catastrofe... hay una generación perdida laboral, y otra perdida como padres.
Espero llegar a tiempo y no participar, aunque también es cierto que no estan facil como si sigues una conducta obtienes un resultado. La gestión de influencias en el mundo que vivimos es dificilmente controlable.
Veo a mi hijos no levantar dos palmos del suelo y veo estas historias y me echo a temblar.

112 dijo...

No pienso que sea fácil educar, pero algo falla cuando estás más preocupado por el qué diran los vecinos, que por el con quién, cómo y dónde van tus hijos.
A veces, tengo la impresión de que hay quien tiene hijos porque toca, igual que toca comprar la tv de plasma o el coche o meterse en una hipoteca. Lo malo de tener hijos porque toca, es que no los puedes devolver y cuesta mucho trabajo y tiempo ( del tuyo) y esfuerzo... y "oye si total ya lo aprenderán en la escuela".

Cuando ves cómo van algunas cosas es para temblar, pero tambien para intentar llegar a tiempo como dices tú.

Vaya, no se por qué, pero me alegra que sigas leyendo los post.